sábado, 22 de mayo de 2010

Promesas que se cumplen


Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo, y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. "No dejes de ir a visitarlo -me recomendó- Se llama de este modo y de este otro, estoy segura de que le va a dar gusto conocerte"; entonces, no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo, se lo seguí diciendo aun después de que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.

Juan Rulfo [Pedro Páramo]

No hay comentarios:

Publicar un comentario