martes, 8 de junio de 2010

Pinochet: un simple general


Cuando el general Pinochet entró a la Clínica de Londres, el memorable día de 1998 en que la justicia española lo reclamó a juicio, no sabia él que se trataba de un hospital de lunáticos. En el jardín interior vio a unos señores ingleses que paseaban en silencio. Se acercó a uno de ellos, y le dijo:

Buenos días -y le tendió la mano-. Soy el general Pinochet.

El otro se la estrechó, lo miró a los ojos, y respondió:

Yo también soy el general Pinochet.

El general se quedo confundido y se marchó.

En el camino por los jardines, solo atinó a pensar que sin su país no valía nada.

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