domingo, 18 de abril de 2010

El Quijote


En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no hacía mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en su funda, escudo antiguo, caballo flaco y galgo corredor. Consumía las tres partes de sus tierras, comían más vaca que carnero, salpicón en las noches, los sábados duelo y quebrantos, lentejas los viernes y pollo los domingos. El resto de sus tierras se usaba para hacer abrigos finos, medias de terciopelo y pantuflas de lo mismo para las fiestas, y los días de entre semana se honraba con su vestimenta más fina. Las fiestas eran con música de la época y en salones de los más elegantes.

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